noviembre 07, 2009

Se me olvidaba...

Se me olvidaba esa sensación entre los ojos y la nariz. Esa sensación que de pronto aprieta la garganta y paraliza las sienes. Olvidaba ese aumento de presión sanguínea en la cabeza y ese movimiento acelerado del diafragma de mi cuerpo. Olvidaba cómo surge esa sensación y qué rumbos toma. Olvidaba cuánto se acelera el principal músculo involuntario de mi cuerpo, dentro del pericardio, al padecerla.
Se dice que llorar es una forma de defensa ante objetos extraños. Es válido ante situaciones extrañas también, creo yo. El manganeso y la hormona prolactina que se lleva de mi cuerpo cada lágrima aminora mi pesar. Olvidaba la calma que viene después del llanto. Me queda claro que llorar no hace nada diferente, ¡qué más quisiera yo que funcionara así!
También se me olvidaba por qué tengo miedo de enamorarme y por qué no lo hago con frecuencia. Ese miedo es, al final, el miedo al post-enamoramiento. Cómo queda el cuerpo tras sufrir una pérdida amorosa. Como si de pronto todos los impulsos que lo motivan se congelaran y derritieran.
No pedí pasar por esto, pero tampoco pude evitarlo. Lo cierto es que nunca tuve tiempo de evitarlo, ni ganas, y esa estática (que es como yo nombro al amor) al final dio con mi punto débil.
Auditorio, discografías piratas y playeras tipográficas un 20 de septiembre. Un elote y unos esquites de quince pesos cada uno. Cerezas y un postre de chocolate. Café para acompañar. Nudos de cerezas, dos a dos.
De pronto las 11:11 pm y llega el momento de pedir un deseo. ¡No se lo digo a nadie! Pero es sobre un flaco y una flaca.
Una pésima película de terror en la segunda cita. Llegaste una hora tarde. No me importó.
Sillas, lámparas y carteles españoles otro día. Vestías de negro. Un refugio para la lluvia, a lado de un banco. Los lentes faroles ya eran nuestros. Otra mala película.
De pronto una figura con bata blanca esperándome fuera del aula. Emoción, sorpresa, gusto. 28 de septiembre, primer contacto de labios. Lo besé!
"Hay un hombre sensual junto a mi, qué hago?" "En serio?" Y después besos bien, excelentes, fugaces, vivos, apasionantes, yendo y viniendo. Mi playera se hizo grande.
Encaminados por fin. Sin querer queriendo. Tu mirada fugitiva observando mi sueño desde una silla. Una silla plegable. Negra. Cómoda.
Amanecer junto a tus ojos por primera vez. Intercambios y cambios de pijamas constantemente. Un cómico agujero en un pantalón. Alcachofa y lasagna. Dientes de dulce. Daban risa. Blusa de listón sexy y traje para acompañar.
Cesárea y ganas de vivir. Muertos, puma bus y un forense llamado Juanito. Dudas y dudas. Fondue. Otra visita sorpresa. Envases de plastilina. CIPRO. Lágrimas entonces y lágrimas ahora, pero fuiste alegría en mis peores días. Nuestro primer vino. Tinto. Chema e Iñaki. ICQ.
Tiré toalla. Me ayudaste a recogerla. Tercera visita sorpresa. Una caja mal armada, pero a la fecha conservada. Cuando la veo pienso en ti. Qué guapo. Sushi.
Viajes y aventuras bajo las sábanas. Parados, montados, acostados, sentados, volteados, cargados. Vapor y sauna. Noche bendita.
Llamadas y llamadas, a todas horas. Tarde o temprano, a veces sin dormir hasta tarde. Oyes y sales. Oye, oye, oye. Sale, sale, sale. Te quieros. UNO! Un beso, tras otro, tras otro, tras otro. De pronto dos, tres, mil.
Muñe y pelos. Apolo III en tu clase. Unos travesti en Polanco. Acentos argentino y cubano. Por debajo de la mesa jugando con los pies.
Miércoles de plaza. Malabares. Medicina. Mantarrayas. Embriología. Diseño. Anfiteatro. Axe chocolate.
“Play me”. La de linaje puro. Iris. I just want you to know who I am. ¡Y abrirla! Ramo de flores, gerberas. Anillo. Postal. Cenizas y nieve. 28 de noviembre. Cuatro y media de la tarde.
Esos besos, esos besos que ahora te aferran a mis pensamientos. Los mejores. Se me olvidaba cómo era amar a alguien. Se me olvidaba.
Se me olvidaba todo eso. Mis deseos de enamorarme de nuevo me fueron cumplidos, pude volver a sentirme viva. Pero es por esto que no lo hacía, ahora lo entiendo. Lo más difícil es cuando termina.
Me duele y enoja que no podamos seguir juntos si es lo que queremos.
Deseo lo mejor para ti. No puedo seguir un camino que me aleje de mis convicciones y determinación. No puedo dejar de ser lo que soy. No puedo renunciar ni a lo que quiero, ni a lo que pienso, ni a lo que creo. Por nadie. Me gustaría que compartiéramos y creciéramos juntos tal y como quieres, pero cada quien como es. ¿Tan malo es ser diferentes? Te deseo lo mejor. Siempre, para siempre. Quiero que encuentres lo que buscas. Te quiero. Te quiero mucho. Llegué a quererte más de lo que imaginé: me enamoré. De ti. de mi. De nosotros.
A pesar de que esta sensación me aniquile un rato, quiero decir que todo valió la pena. Aunque ahora lejos, por siempre cerca. Siempre conectados por esa pequeña intersección entre nuestros distintos caminos. Por ese nudo entre nuestras cuerdas. Feliz por decir, hoy, que por más largas que sean nuestras cuerdas, ese nudo queda ahí.
Qué decir de la nulidad del tiempo cuando me adentraba en tus ojos. Nos encontraron matando las horas ahí dentro, nos encontraron y es momento de salir. Ahora el reloj vuelve a correr.


Imagenes de Google.