abril 25, 2013

Extravié la pasión

Tal vez extravié la pasión debajo del colchón de tu cama destartalada.
Quizás se perdió entre el rechineo de los resortes.
Tal vez extravié la pasión en las cenizas del incienso que consumimos la última vez. O tal vez dentro de los aros de humo que salieron de mi boca.
Tal vez fue en el aceite de dulce...tal vez en las burbujas que tronaban en el último baño. Tal vez extravié la pasión en un condón.
Tal vez extravié la pasión en la nieve o enfrente del espejo cuando no me sentí bonita. 
Tal vez la pasión se extravió porque no halló jamás rosas como refugio. Tal vez se extravió junto con los mensajes que no recibí, porque no existieron. 
La pasión se redujo a nada, la pasión la extravié muy profundamente en el pecho. ¡Lloro a la pasión, le guardo luto, la extraño...pero no me es posible encontrarla! 
Tal vez extravié la pasión...tal vez porque nunca existió.


Cuando bailemos...

No puedo resistirme a la tentación de estar tan cerca de ti y no poder tocarte. Pareciera que nos separan siglos, encuentro muy difícil hallarte. Constantemente recibo halagos, piropos, porras...pero, ¿por qué no apareces? Ya empecé a creer que existes, pero ahora resulta aún más difícil escogerte de entre la gente.
¿Te imaginas cuando bailemos? ¿Cuando despidamos a todos los invitados de nuestras fiestas de salsa y subamos al cuarto a encontrar nuestras pieles? ¿Puedes vernos desnudos, abrazados, envueltos en besos, esos besos que sólo tú sabrás darme? Es lo que más anhelo...poder estar tan cerca de ti que resulte difícil decidir de quién es cada piel.
De ahí pasar a la ducha y brincar a la tina. Prender un poco de velas y envolverte en mi brazos...cubriendo tus mejillas con los mechones de cabello que me cuelgan de cada lado. Qué a gusto eres. Te pertenezco, definitivamente.
Quisiera no soltarte nunca, no puedo imaginar mi vida si tú también decidieras partir.