mayo 10, 2010

Mis curvas sean siempre tus curvas y mi carne como tu carne. Mi sangre tu sangre.
Mi corazón sea siempre tambor de acelerada percusión bajo el suave golpeteo que viene de ti.
Mis ojos sean siempre el reflejo de tu imagen y mis labios siempre tuyos, aunque sin ti.
Porque soy tu eco. Porque los dedos de mis pies son tuyos, y porque te pertenezco toda. Mi meñique y muñeca, mi bazo y mi brazo. Mi mano y mis años. Mi ombligo.
Que mi vientre se alborote siempre con el simple roce de tu nombre al oído.
Mis cabellos sean tuyos y también mi pasión. También mi admiración.
Mi todo sea todo tuyo.
Mis equinoccios y solsticios, mis eclipses. Mis años nuevos y pascuas. Mis ganas y mi fe.
Que tú y yo seamos siempre festejo y tristeza.
Que la fiesta al verte continúe una y mil veces.
Que mis lágrimas caigan sólo por ti, sin tapujos, desnudas.
Mi canto y poesía sean tuyos, mis palabras, mi pluma y papel.
Mis pasos sean los tuyos, que seamos paralelos, intersecciones imaginarias.
Y mis pechos permanezcan siempre bajo tus manos. A salvo.
Que seamos desvelo. Uno y no dos.
Que con sexo o sin sexo seamos clímax siempre.
No hay desenlace, no hay final.
Mi cuerpo entero sea siempre tuyo, para ti, de mi.
Que te cautive siempre. Que al exhalar me inhales.
Que me observes, contemples y admires para siempre.
Que te encuentren en mi mirar.
Que siempre estés sin estar.
Mis emociones sean tuyas; mis pensamientos también.
Que nuestro ayer sea nuestro mañana, el vistazo al futuro,
hoy y para siempre.


Imagen en www.freeglitters.com

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