febrero 02, 2010

Montes al mar

Sucesos así hacen que el sentido de vivir se multiplique desenfrenadamente.
Qué sabio es vivir de manera responsable. ¿Qué importa lo que dice el de a lado? ¡¿Qué importa?! Timing. Causa y efecto.
Tan delgada es la línea entre lo bueno y lo malo; qué triste es perderla de vista. Lo cierto es que no hay que perderla de vista. Si no, ocurren derrumbes: un instante feliz puede volverse triste en menos tiempo de lo que un aire frío cala un hueso. 
Ahora, aún con huesos calados de tristeza y miedo, tengo fe. Todo va a estar bien.
Después me reiré del pasado (de este presente que hoy tanto detesto) y declararé que entonces nadie ni nada me puede vencer. Porque para entonces habré tirado montes al mar.
Porque voy a estar bien, para siempre.










No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Algo que decir?