junio 12, 2014

Nunca te agotes. . .

Te vaciaste en mí. Me llené de ti. Fueron mis contracciones involuntarias la fiesta no anunciada de aquel domingo. Qué tan casa son tus brazos. Qué grande es esto que siento. No merece la pena el olvido. No merece la pena olvidar lo bien que se siente saberte mi espacio. Saberte ese alguien que me prepara el desayuno y que me despide con un beso tan romántico que me quiebra las rodillas. Te me antojas eterno. Nunca te agotes. . . .
Que mientras tanto sea el dolor en mi sexo el que me recuerde que no fue un sueño . . . que tu visita y roces por mi piel fueron reales . . . que el dolor sea testigo de este salvaje amor. Porque te tengo y mantengo presente a cada instante. Eres dueño de todos mis instantes, de todos mis suspiros, de todos mis gritos cuando me haces tuya, de todos mis escalofríos.
Nunca te agotes. . . . . . .


Imagen: teclear "escalofríos de amor" en Google.

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